El origen de Santa Claus - Está en la Historia

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domingo, 9 de diciembre de 2018

El origen de Santa Claus

En estas épocas decembrinas, vemos en casi cualquier sitio la imagen del hombre que representa la Navidad: Santa Claus o papá Noel, sin embargo esa figura con la que estamos familiarizados, a lo largo de muchos años ha ido evolucionando hasta optar la imagen que hoy conocemos de forma mundial. Sus orígenes se remontan en la actual Turquía, con un obispo de nombre Nicolás de Myra, quien vivió en el siglo IV. 

Nicolás nació de padres cristianos, quienes al morir, le dejaron una herencia que él distribuyó entre los pobres. Siendo muy joven se ordenó como sacerdote y era reconocido por su compasión y generosidad. Tenía fama de dar regalos anónimamente, y solía arrojar bolsas de dinero en las casas de los necesitados (algunas veces por la chimenea) encubierto por la oscuridad de la noche para evitar ser visto. Nicolás murió el 6 de diciembre entre el 340 al 350 d.C., y de acuerdo con una leyenda, este día comenzó a conmemorar con una fiesta en la que los niños dejaban comida para Nicolás y forraje para su caballo. 



Se dice que este santo descendía del cielo durante la noche para cambiar estas ofrendas por juguetes y regalos – pero solo para los niños y niñas que se portaran bien. Hay muchas versiones diferentes de la leyenda de San Nicolás, pero todas forman parte de la inspiración e imagen del anciano bonachón, con un traje rojo y que trae regalos, a quien ahora conocemos como Santa Claus. 

Primeras apariciones 

Esta tradición lo trasladaron los colonos a Nueva Amsterdan (Nueva York) en el año de 1624, donde los holandeses llevaron sus tradiciones y mitos entre ellos el de Sinterklaas, su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre). 

En el año de 1823, el poeta Clement Clarke, publicó un poema donde dio la descripción de como se vería Santa Claus, enano y delgado al igual que un duende y portaba un traje color verde, además dio nacimiento a otro personaje de la navidad: su fiel amigo Rodolfo el reno, ya que describía que éste se transportaba en un trineo desde los cielos tirado de 9 renos y visitaba a todos los niños en vísperas navideñas. 

Sin embargo, fue hasta en el año de 1863 que tomó la fisonomía de un hombre bonachón, alto y barbudo como actualmente se le conoce y esto gracias al dibujante Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper's Weekly. Allí adquirió su vestimenta y se cree que su creador se basó en las vestimentas de los obispos de viejas épocas para crear este «San Nicolás», que en ese momento ya nada tenía que ver con San Nicolás de Myra. 

La mercadotecnia de cocacola 
Un hombre con gorro y traje rojo, botas negras, barba blanca, que es guíado por renos, es ayudado por duendes y vive en el polo norte con esta descripción sabemos fácilmente de quien estamos hablando, es el poder del marketing que usó The Coca Cola Company para llegar más aún a sus consumidores, utilizar una imagen que sabía que era querida por el público. 



En 1930, el artista Fred Mizen pintó un Santa bebiendo una botella de Coca-Cola en una tienda departamental, una imagen que fue reproducida en los anuncios impresos de la temporada navideña de 1930. Tal fue su éxito, que la agencia de publicidad de Coca-Cola, D’Arcy y en especial el ejecutivo Archie Lee, decidieron utilizar este símbolo en 1931 y en los años sucesivos. 

La transformación al Santa actual fue producto del artista sueco Haddon Sundblom, quien por encargo de la empresa cambió la imagen tradicional y más piadosa del folklor cristiano, en la del Papá Noel de nuestros días. El pintor tomó como modelo a un vendedor jubilado amigo suyo de nombre Lou Prentice para quitarle a San Nicolás los rasgos tipo gnomo que había ganado en las tradiciones irlandesas y bretonas. 

Lo hizo más alto, de rostro más grueso y bondadoso, y ojos alegres. Coca-Cola produjo muñecos de peluche, merchandising, juguetes, óleos y distintos anuncios con las imágenes de Sundblom que hasta la fecha son objetos de colección y forman parte del stock del Museo de la Ciencia e Industria de Chicago, del Louvre de París, del Royal Ontario Museum en Toronto, los almacenes Isetan en Tokio, las tiendas NK de Estocolmo y por supuesto, del Archivo de Coca-Cola. 

Los cuadros que el artista pintó entre 1931 y 1966 fueron utilizados en todas y cada una de las campañas navideñas de Coca-Cola alrededor del mundo, incluso hoy en día siguen siendo referente obligado para la industria. Tal fue el éxito de esta campaña que hasta la fecha este Santa Claus es un ícono de la cultura occidental y de las fiestas no religiosas de la temporada.

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